Las buenas personas que se
comprometen en la acción política tienen mucho que perder y poco que ganar,
sobre todo si se desenvuelven en la alta política, la que toma decisiones de amplia
repercusión internacional. Esta sería una de las reflexiones a las que me ha
llevado la novela de Almudena Grandes: Los
pacientes del doctor García.
Un texto que se encuadra en sus “Episodios
de una guerra interminable”. En esta ocasión nos habla de cómo los españoles
que perdieron la guerra fueron olvidados, ya lo habían sido durante el
conflicto, por los países occidentales y por las instituciones internacionales.
No sólo no se les ayudó y se les ninguneó, sino que se protegió al dictador,
favoreciendo a su vez la ocultación de criminales de guerra.
La mezcla de ficción e historia
me seduce, me interesa cómo se confunden las líneas, donde muchas veces nos
sabes cuál es la realidad, vamos, como la misma realidad en la que vivimos,
siempre andamos un poco confusos, mucho más en la época de la posverdad que
estamos viviendo en estos momentos.
Almudena Grandes es una persona
muy apreciada por mí por varias cuestiones, sobresaliendo su interés permanente
en que no olvidemos nuestra historia más reciente, su papel social aquí es fundamental.
No podemos, no debemos, olvidar a las mujeres y hombres que lucharon, dieron su
vida por los ideales de la libertad y la igualdad, para un mundo en paz. Ese
homenaje continuo que hace la escritora es necesario para poder seguir
avanzando y creyendo en esos ideales. Desde aquí mi más profundo cariño y
afecto.
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