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domingo, 20 de diciembre de 2020

Libertad, servidumbre y tiranía: Étienne de La Boétie

 


Acabo de leer el "Discurso de la servidumbre voluntaria", de Étienne de La Boétie, esperaba más de esa obra. Tal vez para su época (S. XVI) fuera provocadora, pero al día de hoy no aporta nada al discurso político sobre la libertad, la servidumbre y la tiranía. Tal vez en nuestros tiempos la situación sigue parecida en cuanto a que hay unos pocos luchando por la libertad y una gran mayoría que se siente muy bien sirviendo a los poderosos, que nacemos libres, pero que según donde nos haya tocado nacer así seremos más libres o menos; y, en cuanto a los tiranos, que sigue habiéndolos por doquier, estos son menos visibles, se disfrazan de demócratas o de benefactores sociales, siendo su crueldad más deshumanizada. La religión, al igual que entonces, sigue siendo utilizada por los gobernantes para seducir y manipular a los individuos.

Hay dos pensamientos que me han llamado la atención:

- “No penséis que hay pájaro que caiga más fácilmente en trampa engañado por el señuelo, ni pez que pique más prontamente al anzuelo cautivado por el cebo, como esos pueblos seducidos por la servidumbre al menos halago que se les haga; y no deja de sombrarnos que se abandonen tan rápidamente por poco que se les adule. Los teatros, los juegos, las farsas, los espectáculos, los gladiadores, los animales exóticos, las medallas, los cuadros y otros engaños semejantes fueron para los pueblos antiguos los cebos de la servidumbre, el precio de su libertad y los instrumentos de su tiranía”. 

“Siempre son cuatro o cinco los que sostienen al tirano; cuatro o cinco los que subyugan a toda la nación; en todo momento, han sido cinco o seis los confidentes del tirano, los que se acercan a él por su propia voluntad, o son llamados por él, para convertirse en cómplices de sus crueldades, compañeros de sus placeres, proxenetas de sus voluptuosidades y los que comparten el botín de sus pillajes”.

En definitiva, el pan y circo de toda la vida, y los individuos cercanos al poder, que consienten todo al poderoso para llenar sus arcas.

Por cierto, después de varias páginas cuestionando el poder de los tiranos acaba así: “Por mi parte pienso, sin temor a equivocarme, que no hay nada más contrario a Dios, tan bondadoso y justo, que la tiranía, reservando allá abajo para los tiranos y sus cómplices algún castigo particular”. En fin, la gota que ha culminado mi decepción de este texto cuyo título era muy atractivo.

Lo mejor han sido las ilustraciones del texto a cargo de Nono K.