Prefiero las ideas a las ideologías: a propósito de un
debate sobre lo global y lo local, lo urbano y lo rural.
Me siento muy bien oyendo a personas inteligentes debatiendo
sobre los grandes problemas que tienen las sociedades, tanto a nivel local como
global, en las ciudades y en los pueblos. No solo por las formas, que para mí
son fundamentales en un debate, que fueron exquisitas, con un tono moderado,
respetuoso y de compartir ideas, más que imponer las de unos sobre los otros,
sino por el fondo, por las aportaciones, sugerencias, cuestionamientos,
reflexiones en voz alta pidiendo la voz de los otros, es decir un escenario
magnífico para poder enfrentarnos a los problemas, buscar soluciones y afrontar
el futuro de una manera conjunta sin dejar a nadie en la estacada.
Fue en el Ateneo de Sevilla, participaron Lina Gálvez,
Ignacio Urquizu y Jorge Díaz Lanchas. Un placer escucharles, oradores
magníficos y analistas sociales excelentes. Sus intervenciones se centraron
sobre lo global y lo local, lo urbano y lo rural, coincidiendo todos en que los
análisis sociales deben hacerse con la mirada puesta en lo transnacional, pero
sin olvidar lo local, pues la interdependencia de los fenómenos sociales está
presente en ellos.
Lina Gálvez habló del “trilema” actual en el que conviven la
globalización, el estado-nación y la democracia, y quien se está llevando la
peor parte es la democracia, es decir, que para que funcione la globalización y
los estados se protejan de los “otros” hay que disminuir el grado o nivel de
democracia, o por lo menos eso es lo que está pasando, ¿debe continuar por ahí
el camino?, o ¿se debe reconducir con menos globalización o con menos
protección estatal?.
Otras ideas lanzadas por Urquizu eran las relacionadas con
la segunda gran frontera mundial entre países, después de México y USA, que era
la del Mar Mediterráneo con el Sur y el Este y sus consecuencias con el Oeste y
el Norte; o la desertización de la España interior y la concentración de
población y de recursos en la periferia y en pocos núcleos. La consecuencia
inmediata en ambos casos son las enormes desigualdades sociales y económicas.
Díaz Lanchas abundó en esas ideas reflejando en datos muy
concretos en cómo las desigualdades actuales van a ir en aumento sino se actúa
convenientemente, desigualdades no solo en el mundo menos desarrollado, sino en
el mundo rico.
El mundo está cambiando rápidamente, la acción política es
prioritaria, sobre todo en grandes temas como las migraciones, las
desigualdades sociales, la brecha económica, el empobrecimiento y la miseria de
ciertos colectivos o el cambio climático, pero mucho me temo que como desde la
sociedad civil no haya una respuesta contundente, la cosa no pinta muy bien.
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