Son momentos convulsos donde la
ciudadanía está tomando las calles, de la indignación pasiva se ha pasado a la
acción, la protesta como forma de acción política está siendo cada vez más protagonista
en la sociedad española. Un texto que nos puede servir para comprender mejor
este tipo de acciones es el de Pedro Oliver y Jesús Urda: Protesta democrática y democracia antiprotesta. Los movimientos
sociales ante la represión policial y las leyes mordaza (Ed. Pamiela, 2011).
Unas de las repuestas que dan
gran parte de la ciudadanía a la hora de ir a una manifestación o
concentración, o acto de repulsa, es la de: “si no sirve para nada”, “a los que
tienen el poder les damos igual”, “para qué, da igual”. Pues tal como nos
muestran los autores de este libro, así como diferentes investigaciones
académicas o informes de organizaciones sociales, no da igual, al contrario sí
que contribuyen al cambio de las sociedades, tal vez no de un modo rápido, pero
ponen las raíces, las bases, para que las sociedades evolucionen y cambien para
mejorar la convivencia humana y la cohesión social sea más intensa. Que sería
de la humanidad si no se hubiera cuestionado el statu quo, estaríamos a años
luz de donde nos encontramos.
Si los trabajadores, las mujeres,
los políticos, los sindicalistas, los ecologistas, los pacifistas, los homosexuales,
etcétera, se hubieran quedado en sus casas y hubieran aceptado las costumbres y
las normas existentes en su época, seguirían explotados, sometidos, repudiados,
maltratados, cuestionados, encarcelados… La protesta es necesaria para que la
democracia avance y sea fuerte; la protesta es conflicto, claro que sí, pero
necesario, es positivo para la ciudadanía.
Pedro y Jesús abordan en el texto
las acciones llevadas a cabo por los movimientos sociales y cómo el Estado
produce normas legales para combatirlos y reprimirlos, en concreto en nuestro
país analiza las leyes conocidas vulgarmente como Corcuera y Mordaza.
Centrándose en esta última por ser una ley: anti 15-M, anti-PAH, anti-25-S,
anti-Greenpeace, anti huelgas y anti-FEMEN. Seguramente que como no se reforme
la Ley Mordaza, tal como se ha comprometido el nuevo Presidente del Gobierno
español, Pedro Sánchez, será también anti-mujeres y anti-pensionistas.
En un contexto donde la indignación se transforma en acción, las manifestaciones y concentraciones se erigen como una respuesta legítima ante un sistema político que parece desoír las demandas populares. Aunque algunas voces cínicas cuestionan la eficacia de la protesta, los autores del libro subrayan que, aunque los cambios sean lentos, estas acciones siembran las bases de una sociedad más justa y cohesionada. La protesta, aunque conflictiva, es esencial para el avance de la democracia, tal como lo han demostrado luchas pasadas de diversos colectivos que, de no haber desafiado las normas de su tiempo, seguirían sometidos a situaciones de injusticia.
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