Ayer estuve en
el Paraninfo de la Universidad de Sevilla en la presentación del libro Los amos del mundo. Las armas del terrorismo
financiero, de los catedráticos Navarro y Torres. Los asistentes no cabían en
el aforo del recinto, estaban sentados por los pasillos, las escalinatas,
rodeaban la mesa presidencial. Hacía tiempo que no asistía a un acto de este
tipo con una acogida tan masiva, pero lo que más me llamó la atención era la
edad media del auditorio, eran muy jóvenes.
Torres y
Navarro estuvieron como siempre, magníficos, claros, directos, vitales, enérgicos
y vehementes. En primer lugar quiero agradecer a estos dos científicos sociales
que su conocimiento lo acerquen a la ciudadana, para que ella puede tener más
claves con las que entender su vida cotidiana y puedan actuar con una opinión más
formada. Esta es una de las finalidades de la ciencia, servir para mejorar la
vida de los individuos, y ellos lo consiguen. Hablaron sobre media hora,
abriendo un debate con el público asistente, no pudiendo responder a todos pues
las preguntas se amontonaban, mucha gente se quedó sin poder preguntar; después
de más de dos horas se tuvo que suspender el acto, pues el recinto debía
cerrar, a disgusto de la mayoría de los presentes, pues estaban ávidos de
deliberar mucho más tiempo.
De ese acto me
quedo con dos de las propuestas de los autores del libro. Una, que debemos
salir a la calle a debatir con todos los ciudadanos (los vecinos, los
compañeros de trabajo, los amigos…) lo que está sucediendo en nuestra sociedad
y buscando alternativas a las políticas neoliberales de recortes. Dos, que cada
uno de nosotros, como individuos, debemos hacer algo en nuestro entorno en el
aspecto anteriormente señalado. En definitiva, hemos de actuar colectiva e
individualmente, sólo así podremos salir adelante según nuestros deseos y
necesidades, y no según como quieran los amos del mundo (los terroristas
financieros).
