Desde hace ya una larga temporada
en nuestro país están sucediendo muchos acontecimientos que hacen decaer
nuestra credibilidad y confianza en las instituciones sociales, parece como si
todo estuviera podrido, el ambiente de indignación social es generalizado,
hables con quien hables todo el mundo está cabreado, yo diría que un paso más
allá de la indignación. Los medios de comunicación y las redes sociales nos
informan día tras día del deterioro institucional (económico, político,
sindical, empresarial…) y del desajuste en el que se encuentra España (en
palabras de Caballero Bonald); las desigualdades sociales aumentan (último
Informe mundial de desarrollo humano), la pobreza afecta cada vez a más
familias españolas (Informe de Cáritas). Todo ello nos lleva a un estado de
frustración, de depresión social, que no vemos la forma de canalizar, lo que
nos conduce a un camino sin salida, o bien a una salida destructiva personal y
social, la deriva a una sociedad enferma va in
crescendo.
En ello estaba hasta que recibí
la llamada de unos amigos norteamericanos invitándome a visitar con ellos la
exposición de Sorolla en Estados Unidos, que está llevando a cabo la Fundación
Mapfre en Madrid. Desde el primer cuadro (¡¡Otra Margarita!!) hasta el último (Saliendo
del baño) es un paseo por esta España nuestra de principios del siglo XX con
una enorme luz que tan extraordinariamente captó el pintor valenciano. La
belleza del realismo social, el sentimiento de identidad con las diferentes
singularidades regionales, los contrapicados impresionistas cuasi fotográficos
newyorkinos, la luminosidad casi cegadora en algunas de las obras, la alegría
de los niños y jóvenes en la playa, esas sedas en movimiento producidas por el
viento marino, la fuerza de las pinceladas, los colores tan vivos; cierro los
ojos, mis emociones son de tranquilidad, son emociones placenteras que me traen
sobre todo luz, claridad, con muchísimos matices sobre todo blancos, amarillos
y naranjas. En fin, un baño mediterráneo de luz, color y ganas de vivir. Una vez más se demuestra que el arte es fundamental para la salud mental.
Esta exposición sí que es Marca
España.
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