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sábado, 19 de enero de 2019

La unidad de las izquierdas: Boaventura de Sousa Santos

La tesis principal del libro de Boaventura de Sousa Santos: Izquierdas del mundo, ¡uníos!, es la necesidad que tienen las sociedades de que las izquierdas se unan para poder afrontar el neoliberalismo y el capitalismo salvaje que está derechizando al mundo, lo que está suponiendo un incremento de las desigualdades sociales y unas democracias de baja intensidad. La división de las izquierdas es un mal endémico desde los orígenes de los partidos políticos, luchas que, tal como dice el autor, muchas veces no tienen que ver con programas distintos o contradictorios, sino con la rivalidad entre los líderes. Desgraciadamente seguimos viendo día a día como esta situación en vez de solventarse, lo que hace es agravarse.
Con ese pensamiento básico analiza lo que está ocurriendo en Portugal, Brasil, Colombia, México y España. Esa mirada global desde lo local, nos permite conocer más profundamente cómo están abordando las izquierdas estos momentos donde la ola derechista está imponiéndose: “En los últimos cinco años, la actividad política en diferentes países y regiones del mundo… [ha dado lugar] a: el agravamiento sin precedentes de la desigualdad social; la intensificación de la dominación capitalista, colonialista (racismo, xenofobia, islamofobia) y heteropatriarcal (sexismo)” (pág. 23).  Son tiempos donde el capitalismo con todos sus recursos neutraliza, paraliza y destruye los avances sociales de los últimos cincuenta años. Para Boaventura es necesario detener ese ciclo reaccionario global, y lo que propone, tampoco es nada nuevo, es la alianza entre las fuerzas de izquierda, considerando que o se unen y buscan nuevos proyectos comunes o la democracia está en peligro.
Si bien su tesis no es novedosa, su análisis sociológico sirve para que no se olvide la necesidad de seguir intentando esa unión, la cual ha de ser global y local. Aporta ejemplos donde cuando se busca esa unidad y se logra las mejoras sociales se mejoran y se profundizan., mientras que cuando se hacen alianzas con las derechas lo que se hace es favorecer al neoliberalismo y al capitalismo con su sistema financiero causante de las desigualdades, erosionando, a la vez, la democracia. Reconoce que es muy difícil, pero no imposible: “solo el enojo no basta, porque hay que desconectarse de la dominación y buscar creaciones nuevas” (pág. 125).

martes, 15 de enero de 2019

No todos los políticos son iguales: Manuel Azaña y Dyck Cheney

Una de las frases que llevo oída desde muy pequeño es que todos los políticos son iguales, que todos se acercan a la política por intereses personales. En los últimos años la sigo oyendo, pero con mucha más vehemencia y repetición, sobre todo desde que los casos de corrupción de los partidos políticos y de algunos de sus líderes se han hecho más visibles. Este estereotipo no lo comparto, fundamentalmente por mi propia experiencia relacionándome con varios políticos en mi vida personal y profesional, y por el estudio de varios políticos con influencia en España y en el mundo.
 
Este fin de semana he asistido a dos eventos culturales que han reforzado mi opinión personal: la obra de teatro “Azaña: una pasión española” y la película “El vicio del poder”. En la primera, el gran actor José Luis Gómez da vida a Manuel Azaña, en la que representa a un político culto, preocupado por hacer política pensando en las necesidades de los individuos, por mejorar la sociedad en la que vive, enfrentándose al conflicto buscando salidas razonadas, y defendiendo apasionadamente la libertad y la democracia. En la película, se hace un relato de la vida política del vicepresidente estadounidense Dyck Cheney, pero sobre todo poniendo el acento en sus actuaciones tras la caída de las Torres Gemelas en New York, el 11 de septiembre de 2001 y la Guerra contra Irak, resaltando sus intereses personales económicos y su ejercicio de la política no importándole los medios empleados con tal de alcanzar sus objetivos, aunque para eso tengan que morir miles de personas.
 
¿Qué diferencias hay entre ellos? Destacaría principalmente, que mientras el primero tiene una mente privilegiada y formación política excelente, el segundo, Cheney, es expulsado de la universidad por sus borracheras y su formación política consiste en la de un sumiso a las órdenes del político de turno. Azaña busca un proyecto colectivo, la paz; Cheney busca un proyecto personal, apoya la guerra contra Irak, a pesar de los informes en contra, lo que supone unas 600.000 muertes y pobreza. El Presidente español murió sin apenas patrimonio, el vicepresidente norteamericano es multimillonario gracias a las empresas armamentísticas y a los beneficios en la reconstrucción de lo que se destruyó en la guerra.La gran diferencia no solo es la diferente calidad humana de los dos personajes, sino su entendimiento de la política, para el bien colectivo o para el bien personal.
 
Claro que hay diferencias, no todos son iguales.

jueves, 10 de enero de 2019

Ensayos políticos para comprender mejor la realidad social


En estos momentos de hiperinformación, desinformación, noticias falsas, mentiras y manipulación de la opinión pública, es más necesario contar con análisis políticos y sociológicos que nos sirvan para comprender de una manera más científica la realidad social. A lo largo de este año he leído varios libros que van en esa línea, destacando los siguientes:

-          Ignacio Urquizu (2016), La crisis de representación en España, Catarata.

-          Joaquín Estefanía (2018), Revoluciones. Cincuenta años de rebeldía (1968-2018), Galaxia Gutenberg.

-          Pedro Oliver, Jesús Carlos Urda (2015), Protesta democrática y democracia antiprotesta. Los movimientos sociales ante la represión policial y las leyes mordaza, Pamiela.

-          Germán Labrador Méndez (2017), Culpables por la literatura. Imaginación política y contracultura en la transición española (1968-1986), Akal.

-          Juan M. González-Anleo (2018), 1968 Queremos otro mundo, y lo queremos ¡Ahora!, Fundación SM, PPC.

Su lectura nos puede dar claves para poder comprender mejor lo que está pasando en la sociedad actual y enfrentarnos a lo que viene, que no es poco.