Tras la lectura del texto de Trías
me ha parecido interesante compartir estos dos párrafos, en el que trata de
explicar qué conductas humanas están detrás del fracaso del comunismo:
“Demostrémoslo con siete
conductas humanas. Uno, los flujos económicos no pueden planificarse porque
están sujetos al caos determinístico de las decisiones individuales. Dos, las personas
respondemos de lo que es nuestro, mucho más de lo que no lo es. Tres, la
compasión específica, con seres queridos o cercanos, es un rasgo humano, pero
la compasión universal es un concepto teórico que apenas se traduce en acción.
Cuatro, la ausencia de incentivos conduce al desinterés. Cinco, la
centralización de las decisiones conduce a errores porque los individuos son
los que están en mejor disposición de administrar recursos. Seis, la ausencia
de ilusiones y libertades desemboca en la embriaguez, la drogadicción o la
muerte prematura. Y siete, la justicia social sin libertades es, sencillamente,
una fuente de injusticia social y dolor”. (pág. 237)
“El consumo se ha acercado mucho
a la religión porque en el acto de consumir nos enfrentamos a miedos y deseos,
a sensaciones, anhelos y sentimientos de toda índole que estamos conminados a
resolver. Nos engañamos y pensamos que surgen de nuestro interior, pero lo
cierto es que surgen de la propia sociedad. En el acto de consumir resolvemos
afectos. Afectos a nosotros mismos, a quienes nos rodean. Hay sensaciones,
ilusiones, logros, proyecciones de nosotros mismos, nuestros sueños y
frustraciones”. (pág. 249)
Textos que nos sirven para
reflexionar, y más en estos momentos de guerra e incertidumbre económica y
social. El miedo nos atenaza, pero también sirve para buscar nuevos caminos de
libertad y seguridad.
Me pareció muy interesante cómo el artículo explora la influencia de las emociones e instintos en la toma de decisiones. Es cierto que muchas veces creemos actuar racionalmente cuando en realidad nuestras emociones tienen un gran peso. ¿Crees que es posible entrenar la mente para tomar decisiones más racionales, o siempre habrá un componente emocional ineludible?
ResponderEliminar