Debido a la pandemia del
coronavirus estamos aprendiendo nuevas palabras, muchas de ellas son
científicas, son positivas, ya que nos sirven para comprender mejor la realidad
social actual. Con estas palabras registramos los acontecimientos actuales a
través de este lenguaje científico, recogiendo, a su vez, sentimientos y
vivencias.
Las redes sociales, los medios de
comunicación y la interacción social están aumentando nuestro número de
palabras, que van a ser interiorizadas en nuestro lenguaje, dejando una huella
cultural más o menos permanente. Están modificando nuestro pensamiento, nuestra
forma de hablar, nuevas expresiones que transmiten unos valores y unas normas. Y
esto es posible porque el lenguaje es un instrumento que tenemos los humanos,
es nuestra más completa forma de comunicarnos y nos sirve para mejorar nuestro
conocimiento y así representar simbólicamente la realidad en la que vivimos.
La realidad social la construimos
las personas, no es estática, es dinámica, la vamos reconstruyendo continuamente,
lo hacemos socialmente, y el lenguaje es lo que nos permite adaptarnos mejor a
la realidad, a lo que realmente tiene importancia para la comunidad.
También hemos de tener en cuenta
que otra de las funciones del lenguaje es mediar nuestra conducta, pues nuestras
acciones sociales van a estar interrelacionadas con esas novedades, las cuales
pueden estar a expensas de manipulaciones y del control social institucional.
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