Cuando a casi nadie le interesa
la clase obrera, pues la mayoría de las personas del mundo occidental se
consideran de la clase media y se alejan posicionalmente de la clase
trabajadora, hete aquí que un joven británico escribe un análisis exhaustivo y
muy riguroso sobre ella, para identificar su persecución y acoso por los medios
de comunicación, los partidos políticos, los líderes de opinión, los poderes
económicos, gran parte de los ciudadanos e incluso por parte de los mismos
obreros.
Su principal tesis es que la
clase obrera es considerada como irresponsable, salvaje e indignos de cualquier
cosa. Percepción que se inicia en el Reino Unido en la época de Margaret
Thatcher: “Creo que el que está dispuesto a trabajar más duro debería obtener
las mayores recompensas y conservarlas después de los impuestos, y que
deberíamos apoyar a los trabajadores y no a los vagos” (p. 81). El mundo es de
los individuos, no de la comunidad. Imagen que también es compartida por muchos
laboristas: “Consideran a la clase trabajadora como una especie de problema.
Beben demasiado, fuman demasiado, no cuidan de sus hijos como deben, son irresponsables,
vagos y racistas” (p. 109).
Estos estereotipos y prejuicios son compartidos por muchas personas de la clase media. Seguro que si en nuestro entorno comunitario hacemos la pregunta: ¿A qué clase perteneces?, la respuesta sería mayoritariamente: “A la clase media”. Todo el mundo quiere ser clase media, tener sus valores y sus estilos de vida, alejándose lo más posible de la clase obrera.
Hay una frase de Owen Jones que
quizá resume esta situación: La
demonización de la clase trabajadora es un modo implacablemente racional de
justificar un sistema irracional. Demonízala, ignora sus preocupaciones y
racionaliza una distribución enormemente desigual de la riqueza y el poder como
justo reflejo de la valía y capacidades personales. Pero esta demonización
tiene un fin aún más pernicioso. Se aplica una doctrina de responsabilidad
personal a toda la gama de problemas sociales que afectan a ciertas comunidades
de clase trabajadora, ya sea la pobreza, el paro o la delincuencia. (p.
222)
Entresaco otra frase del texto de
Owen Jones por su semejanza con la situación del PSOE en España: El laborismo está fuera del poder porque
perdió el respaldo de la clase trabajadora, y millones de votantes
desencantados de clase trabajadora han abandonado completamente las urnas. Esta
es la razón por la que el mayor problema en la política británica actual es la
crisis de la representación de la clase trabajadora. (p. 308)
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