Tras muchos años de realización
de encuestas para evaluar la satisfacción de los usuarios del sistema sanitario
público constatamos continuamente un alto grado de satisfacción, sobre todo en
lo relativo a la atención sanitaria, no tanto en cuanto a la comunicación y al
trato humano en las relaciones. Científicos sociales han apuntado variadas
soluciones para abordar este tipo de interacción social, entre ellos nos
encontramos con Habermas y Castells que ponen el acento en la participación
deliberativa de los ciudadanos en la toma de decisiones, es decir hacer
copartícipe de las actuaciones públicas a todos las personas implicadas en las
acciones sociales, con ello la comunicación entre todos ellos no sólo sería más
democrática, sino más eficiente, ya que se tendrían en cuenta las necesidades
de todos los afectados y no solo los de una parte de ellos.
Si conocemos que se debe mejorar
la comunicación entre los profesionales sanitarios y los usuarios de los
servicios, si tenemos aportaciones teóricas sobre cómo hacerlo, ¿por qué no se
hace?, ¿por qué los gestores políticos y técnicos no lo llevan a cabo?
Por diversas cuestiones he tenido
que visitar en los últimos años diferentes hospitales públicos y por
“deformación” profesional he observado cómo se llevaba a cabo esa comunicación
y cómo se trataba a los pacientes ingresados y a sus acompañantes o familiares;
en esa observación no participante verifico año tras año como los profesionales
comunican menos y tratan de una manera inadecuada. Por supuesto que no afecta
en el mismo grado a todos los profesionales, cuanto mayor es el nivel de
formación y de responsabilidad mejor es la comunicación y el trato, y por el
contrario cuanto menor es ese nivel peor es la relación.
Muchos de esos aspectos se
podrían mejorar con simples hechos, por ejemplo que todos los trabajadores
estuvieran identificados con su nombre y su status profesional, que el
vestuario fuera del mismo color para cada sector profesional, que cuando entren
a la habitación saluden, o que cuando se les pregunte algo respondan
afectivamente.
En esta observación también
contemplo como cada vez hay menos plantillas de personal, tal vez ello influya
en todo lo anterior, pero también veo como hay más restricciones en algunos
servicios, hay menos limpieza en las habitaciones y los aseos, las
infraestructuras están viejas y deterioradas, poco mantenimiento… en fin, a lo
mejor tiene que ver esto con la tendencia a privatizar los servicios sanitarios
públicos y con una gestión técnico-política inadecuada, que arrastramos ya
muchos años, y ello influye en el malestar general de los profesionales
sanitarios.
Sin embargo, no debemos olvidar que la comunicación y el trato
humano hay que asociarlo no solo con la formación y la gestión, sino con un mínimo de
educación, de la que muchas veces carecen los profesionales, pero si que es responsabilidad de la organización que estas relaciones con los pacientes y sus familiares no se den.
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