Desde hace muchos años al
comienzo del verano suelo escoger varias novelas para disfrutar del placer de
la lectura evasiva del mundo real, que me permita viajar por otros países,
conocer otras culturas, luchar, volar, soñar… Tal vez lo hago porque durante el
resto de los meses mis lecturas tienen que ver con el ensayo, debido
principalmente a mi profesión como docente e investigador. Este verano repetí
mi comportamiento habitual, pero a mediados del estío había acabado lo
seleccionado, y me puse a buscar en mi e-book novelas que me había pasado una
amiga, entre ellas resaltó La conquista
de la felicidad, del filósofo Bertrand Russell. Días después en un
encuentro casual con mi amigo Antonio Illán nos pusimos a hablar de un filósofo
toledano, José Antonio Marina, del cual él es un fervoroso admirador, le dije
que me pasara algunos de sus textos, pues no había leído ninguno, me facilitó Anatomía del miedo. Un tratado sobre la
valentía. Es decir, fruto del azar me encontré en pleno verano con dos
ensayos filosóficos que analizan profundamente al individuo en dos grandes
cuestiones que le persiguen desde el principio de los tiempos: la felicidad y
el miedo. Ambos textos han sido devorados con pasión, me han interesado desde
el principio al final, no me ha importado el tener que releer, pensar o
repensar algunos de los párrafos, me han sido útiles para mis pensamientos, mis
comportamientos, mi comprensión del mundo que me rodea, además claro está de
disfrutar de mi tiempo de ocio vacacional.
Del análisis inicial de la
lectura de estos dos libros resalto principalmente que ambos autores nos animan
que para ser felices y no tener miedos es fundamental que actuemos, que nos
queramos a nosotros mismos, que nos relacionemos con los demás, que seamos
positivos, creativos, amorosos, disfrutemos de lo que nos ofrece la vida, desdramaticemos
nuestras vidas, pero sobre todo que ante las inseguridades, incertidumbres,
penas, temores, conflictos, desengaños… nos sintamos fuertes y nos enfrentemos
a ellas, es decir que no seamos pasivos, sino que pasemos a la acción. Bueno, esto es lo que yo he entendido, seguro
que para otras personas será diferente.
En estos momentos tan difíciles
que estamos atravesando en nuestro país creo que lecturas de este tipo nos
ayudan a enfrentarnos de una manera activa y creativa. Ah, se me olvidaba, a todo
lo positivo dicho anteriormente hay que darle siempre muchas dosis de humor.
Va amigo, que Marina es un petardo
ResponderEliminarHay muchas perspectivas de ver las cosas y no digamos las múltiples sensibilidades para percibirlas. Lamento que te aburra Marina. Por cierto, dime quien te interesa y recomiéndame algo, estoy abierto a todo.
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