El 1 de mayo era un día de lucha
por las reivindicaciones de los trabajadores, en los primeros años de la
transición democrática española se fue convirtiendo en una día de fiesta, fue
perdiendo su esencia, el aburguesamiento masivo supuso que los derechos
conseguidos iban a ser eternos y el hedonismo rampante nos hizo irnos de
fiesta.
Los derechos de los trabajadores
no nos los han dado, los hemos tenido que arrancar a fuerza de combates, muchas
personas por defenderlos han muerto, han sido maltratados, han sido
perseguidos. Estamos en deuda con todos ellos, debemos rendirles homenaje año
tras año, y la mejor manera de hacerlo es salir a la calle a recordarlo y a
continuar la lucha contra este capitalismo salvaje que nos acorta cada día más
nuestros derechos como trabajadores.
Son momentos muy duros para una gran
parte de los trabajadores que han sido expulsados del mercado laboral, su
situación para muchos de ellos es cercana a la miseria, no podemos quedarnos en
casa, debemos denunciarlo y cada uno en su entorno actuar contra el ataque
feroz de estos lobos (disfrazados de demócratas) que están al servicio de los
grupos económicos e ideológicos más conservadores.
El conflicto está asegurado, pero
es la única vía que nos están dejando.
Este día no me quedaré en casa,
saldré a la calle como todos los primeros de mayo a reivindicar mis derechos
laborales conculcados por este sistema que solo protege a los que más tienen.
(Nota: no sólo hay que luchar ese día, sino todos los días del año)