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domingo, 28 de abril de 2013

El 1º de mayo, lucha, échate a la calle

El 1 de mayo era un día de lucha por las reivindicaciones de los trabajadores, en los primeros años de la transición democrática española se fue convirtiendo en una día de fiesta, fue perdiendo su esencia, el aburguesamiento masivo supuso que los derechos conseguidos iban a ser eternos y el hedonismo rampante nos hizo irnos de fiesta.
Los derechos de los trabajadores no nos los han dado, los hemos tenido que arrancar a fuerza de combates, muchas personas por defenderlos han muerto, han sido maltratados, han sido perseguidos. Estamos en deuda con todos ellos, debemos rendirles homenaje año tras año, y la mejor manera de hacerlo es salir a la calle a recordarlo y a continuar la lucha contra este capitalismo salvaje que nos acorta cada día más nuestros derechos como trabajadores.
Son momentos muy duros para una gran parte de los trabajadores que han sido expulsados del mercado laboral, su situación para muchos de ellos es cercana a la miseria, no podemos quedarnos en casa, debemos denunciarlo y cada uno en su entorno actuar contra el ataque feroz de estos lobos (disfrazados de demócratas) que están al servicio de los grupos económicos e ideológicos más conservadores.
El conflicto está asegurado, pero es la única vía que nos están dejando.
Este día no me quedaré en casa, saldré a la calle como todos los primeros de mayo a reivindicar mis derechos laborales conculcados por este sistema que solo protege a los que más tienen.
 
 
(Nota: no sólo hay que luchar ese día, sino todos los días del año)

domingo, 21 de abril de 2013

Pena de muerte, opinión de universitarios

Hace unos días en clase de teoría social expliqué a mis alumnos de 1º de Gestión y Administración Pública aspectos referidos a la desviación social y al control que ejerce la sociedad ante el incumplimiento de las normas establecidas. Al día siguiente como práctica dividí a la clase en varios grupos para que discutieran entre ellos sobre la pena de muerte y establecieran unos criterios a favor y en contra de ella. Posteriormente se formaron dos grupos con representantes de los anteriores grupos, y de ahí salieron cuatro alumnos para defender unos los criterios a favor y otros los opuestos.

Los criterios elegidos fueron los siguientes:

A favor: 1) En algunos casos es una sentencia justa. 2) Las víctimas se verían saciadas con la sentencia. 3) Evitaría que el delincuente disminuyera sus penas y acabe libre. 4) El delincuente no supondrá gasto para el Estado. 5) Si se teme al castigo se temerá a delinquir.

En contra: 1) No se da opción a la rehabilitación. 2) Moralmente incorrecto, atenta contra el derecho a la vida. 3) Se evita el riesgo de condenar y ejecutar a un inocente. 4) No asegura la disminución de los índices de criminalidad en la sociedad. 5) Un crimen puede ser perfectamente sustituible por la cadena perpetua.

Posteriormente propuse llevar a cabo una votación secreta a favor o en contra de la pena de muerte entre todos los asistentes a clase, lo aceptaron y participaron la totalidad de los alumnos. Los resultados fueron estos: 50% en contra, 40 a favor y el 10% fueron votos nulos. Es decir, 4 de cada 10 alumnos están a favor de la pena de muerte.

En principio me quedé horrorizado, luego pensé que tenemos mucho trabajo por delante los educadores.

domingo, 7 de abril de 2013

Ai Weiwei y cómo cuestionar a través del arte

Ayer estuve viendo una exposición del artista chino Ai Weiwei, en el Centro andaluz de arte contemporáneo, en Sevilla, no os la perdáis es lo mejor que he visto en muchos años. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto ante una manifestación artística como esta. El lugar donde está enclavada la exposición es el Monasterio de La Cartuja, ello lo hace todavía más maravilloso.
Compagina las grandes estructuras con el minimalismo, la tradición con lo contemporáneo, cuestiona si el arte es o no es arte, transmite vitalidad, sensibilidad, alegría, humor, tranquilidad..., pero sobre todo, lo que más me impresionó fue la fueza social que emana de sus obras.
Una de sus obras, la fotografía que está más abajo, me hizo pensar en el gran valor que nuestra sociedad le da a las tradiciones, la fueza con que éstas nos conforman, nos atan. El poder romperlas me atrajo, el poder liberarnos de algunas es atractivo, pero a la vez necesario. En estas estaba cuando me vino a la cabeza la monarquía española. Esta cabeza mía que no para.