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martes, 24 de julio de 2012

Iliada, Homero, según Baricco. Construyamos una paz bella

Mi adolescencia/juventud fue muy alegre, muy divertida; recuerdo de esa etapa la pandilla de amigos y amigas del barrio, mis primeros amores, el tiempo que le dedicaba al deporte, la música en las discotecas, la rebeldía ante la normalidad, las risas, la falta de tiempo para hacer todas las cosas que queríamos…, pero una de las más importantes fue el paso del colegio privado al instituto público, el camino de la mediocridad y cutrez a la inteligencia. Dentro de los valores que más importancia han tenido para mí a lo largo de toda la vida resalta sobremanera la inteligencia, a la que si le añadimos la bondad es el súmmum, lo más (pues hay gente inteligente muy malvada, sobre todo en la universidad española). En el instituto encontré esos dos valores unidos, inteligencia y bondad, en los profesores que me enseñaron filosofía, historia, arte, lengua, literatura, latín, francés, biología… sin embargo fue uno de estos profesores el que me fascinó por sus formas de enseñar una de las asignaturas, que en teoría debía ser un ladrillo, la materia de griego, era D. Jesús José. Impartía la docencia de una manera vital, nos transmitía el griego trasladándonos varios siglos atrás, metiéndonos en aquella sociedad de dioses, héroes, bellezas, juventud, poder…, dramatizaba sus exposiciones, vibraba durante los tres cuartos de hora de clase, hacía que nos interesásemos por una lengua muerta, no le entendíamos muchas de las veces cuando nos hablaba (mejor, recitaba) en griego, pero nos hacía sentir esas emociones de amor, lucha, poder, nos metía en el mar, en las naves de Agamenón, de Aquiles, en la ciudad de Troya. Pues bien, esos recuerdos han venido a mí de nuevo por la lectura de un libro recomendado por un amigo sevillano (Jesús Casado), Homero, Iliada, del escritor italiano Alessandro Baricco. Este texto es una adaptación libre que ha hecho Baricco para que la Iliada fuera comprendida por todo el mundo, para que fuera leída en público y todo el que quisiera pudiera participar, la verdad es que lo ha realizado espléndidamente, personalmente ha sido una vuelta a la adolescencia, al instituto, al placer de la lectura de la cultura clásica.
Pero, también han sido una gran sorpresa (aunque ya me lo había advertido Jesús) las últimas páginas del texto, en las que Baricco hace una reflexión sobre la importancia que ha tenido para las sociedades, para los pueblos, la belleza de las guerras. La historia de la humanidad es una historia de guerras, ellas han sido el paradigma fundamental de la existencia humana, y siguen siéndolo, en estos momentos hay cientos de conflictos bélicos en el mundo. Pues bien, Alessandro Baricco propone un nuevo paradigma social para la convivencia civil, la construcción de un pacifismo, pero de un pacifismo que sea bello, que sea capaz de sustituir la belleza de la guerra, por la belleza de la paz. Dice él que es una empresa utópica, pero utopía significa algo que se puede alcanzar.
Epílogo: si leéis este libro os animo a que descubráis la parte femenina de él. No doy pistas, pero no leáis el final del libro hasta el último momento.

sábado, 14 de julio de 2012

Hopper, color, fuerza e innovación

He visitado la exposición de Hopper en el Museo Thyssen-Bornemisza, me ha encantado.
Mi método personal de ver una exposición de pintura es ir andando muy despacio, observando la obra desde lejos; cuando algo me atrae me acerco dedicándole unos minutos. En la caminata de disfrute de hoy he contemplado la obra de este pintor norteamericano, me ha llamado la atención sobre todo de sus colores fuertes, en particular los azules y los verdes, pero sin lugar a dudas el que más ha sido uno rojizo, cobrizo, amarillo fuerte…, al que siempre lo he identificado con Hopper. Por supuesto, sus juegos de luces y sombras, sus líneas geométricas tan exactas. Sin embargo, lo que más me ha atraído, en lo que más me he entretenido, ha sido con primeras obras que hizo en sus estancias en París, qué maravilla; para mí, lo mejor de la exposición, merece la pena ir a ver solamente esos pocos cuadros por su fuerza, su energía, su ruptura con la pintura que hacía hasta ese momento, su juventud. Es una lástima que a su vuelta a Estados Unidos se dejara llevar por sus colegas que querían en ese momento resaltar la vida norteamericana, al arte nacionalista lo considero castrante. Es mi opinión, seguramente no tiene validez artística, pero sí percepción y sentimientos personales.



Notre Dame de Paris - Edward Hopper

Universidad, calidad, excelencia y... mucha subjetividad

En los últimos años estamos asistiendo a un proceso de reforma y cambios en la universidad española, sobre todo en lo referente a la calidad de la enseñanza y el profesorado. Hemos sufrido, padecido, leyes, decretos, planes europeos, planes internacionales, aplicaciones informáticas, planes de innovación docente, habilitaciones, acreditaciones… nos hallamos ante un cambio continuo, permanente, en el que cuando ya lo has empezado a conocer y a moverte un poco en lo nuevo, siempre se proponen nuevos retos, nuevos cambios. No acabamos nunca de asentarnos, de fijar y consolidar las cuestiones aprendidas. Dentro de esto quiero resaltar lo referente a la calidad que se nos exige a los profesores, es más no sólo calidad sino excelencia.
En principio no suena mal, superación continua en aras a una mejor formación de nuestros universitarios y desarrollar la investigación en nuestro país, que son las metas fundamentales de la institución universitaria, las funciones más importantes para las que estamos los profesores universitarios. Sin embargo, ¿cómo se adquiere esa calidad?, pues se adquiere con mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha dedicación, con pocos recursos y con poca ayuda institucional. Quieren que nos formemos e invesgtiguemos continuamente, pero no facilitan ni tiempo, ni dinero, ni recursos, cada día que pasa contamos con menos recursos: no hay dinero para comprar libros, para asistir a congresos, para publicar artículos y libros. Es decir, quieren que incrementemos nuestra formación e investiguemos sin disponer de los medios necesarios para ello, eso si, todo eso lo podemos hacer sufragándolo de nuestro bolsillo, y por supuesto nuestro salario cada vez es menor.
Luego está el ¿cómo se nos evalúa? La calidad del profesorado se evalúa mediante organismos y agencias nacionales o regionales, que analizan los curriculum vitae decidiendo si están bien o mal, según unos criterios prestablecidos, que no están completamente claros y concretos, son más bien amplios, poco transparentes y por supuesto subjetivos. Somos evaluados por profesores, generalmente ajenos a nuestra área de conocimiento, con criterios subjetivos, que han sido publicados en el BOE, pero que luego son susceptibles de interpretación por los comités evaluadores, lo que nos deja en manos de su criterio personal. Desde mi punto de vista (y la de una gran mayoría de los profesores universitarios) esto es inadmisible, pero como siempre las decisiones últimas las tienen las élites universitarias, que se favorecen entre ellas, y que suelen estar a la orden de los responsables políticos universitarios del momento.
Si a todo esto le añadimos que somos empleados públicos, y que la opinión publicada se ha encargado de que la población en general tenga una percepción negativa de este colectivo de trabajadores, pues arreglados estamos. Ni calidad, ni excelencia… ni ánimo.  Aunque yo personalmente seguiré en la lucha denunciando estas situaciones, contribuyendo en la medida de mis posibilidades al mejoramiento de la institución universitaria.

martes, 3 de julio de 2012

Medios de comunicación, fatalismo, ideología neoliberal


En los últimos tiempos estamos asistiendo en España a una visión fatalista ante la situación socioeconómica, en todas partes las conversaciones giran entorno a ello, existe un gran desánimo ante el futuro más próximo. Este escenario está configurándose principalmente por ciertos medios de comunicación (por supuesto que no quiero matar al mensajero), son ellos los que están jugando un papel decisivo a la hora de crear esa opinión pública. Desde aquí quiero reflexionar sobre diversos factores que han incidido para que –desde los medios de comunicación- se tenga esa percepción de la realidad social; entre estos factores resaltan los políticos e ideológicos, los económicos y los culturales.

Factores políticos e ideológicos. Al Partido Popular y sus medios afines lo que les interesa es crear escenarios negativos, desastrosos, para luego presentarse ellos como salvadores de esta crisis. Han puesto el acento en que los males actuales de esta situación son sus oponentes políticos, los socialistas. Los medios de comunicación más extremistas profundizan aún más en lo anterior. Tras la necesidad de los cambios (recortes) en la economía y en los derechos (sociales, laborales) se esconden cambios ideológicos (anticoncepción, homosexualidad, derechos ciudadanos, valores, emigrantes, estado del bienestar…). Todo esto es una estrategia para que, en primer lugar, el Partido Popular llegase al poder, y en segundo lugar se mantenga en él, con la finalidad de imponer su ideología, su modelo socioeconómico.

Factores económicos. En estos factores se hallan los intereses de los medios de comunicación que responden y apoyan a ciertos grupos económicos para reforzar y profundizar el modelo económico neoliberal como el único posible. Detrás de algunos de estos medios están grupos económicos que representan también a grupos ideológicos, a intereses de partidos, de clase, de estatus socioeconómico…, pero sobre todo su interés se centra en la imposición de su modelo económico neoliberal.

Factores culturales. Esos mismos medios de comunicación intentan mantener a la sociedad en la ignorancia y en la mediocridad (Tv´s basura, regionales o manipular la pública). Tratan de imponer una cultura de desmovilización de la sociedad. Se culpabiliza de la situación actual a los trabajadores (sobre todo a los de la administración pública), se les acusa de no ser competitivos, de ser absentistas. Y. también se les acusa de no saber lo que hacen, de no estar preparados, de votar a las izquierdas que hunden las economías, los estados y que son los causantes de estos males.

La suma de todos estos factores (económicos, políticos, ideológicos, culturales, influencia de los medios de comunicación) hace que vivamos esta situación como muy negativa, que no tiene solución en el estado del bienestar, que es necesario que disminuyamos nuestros derechos (sociales, laborales, políticos), y que la única solución posible es un nuevo orden social y económico basado en las políticas económicas y sociales neoliberales.

Menos mal que aún disponemos de medios de comunicación independientes, las redes sociales, plataformas de opinión y acción, que transmiten información más transparente, denuncian irregularidades, corrupciones y manipulaciones, intentan crear un estado de opinión más libre e independiente, ofertan soluciones diferentes a los discursos imperantes de los medios más poderosos., en definitiva intentan contrarrestar el discurso monocolor.

Salud/enfermedad versus crisis económica/social

Hay múltiples estudios que demuestran la relación existente entre el nivel de salud de una población, el mercado laboral, la situación de empleo/desempleo, los ingresos económicos u otros factores socioeconómicos. La situación actual por la que está atravesando España es muy preocupante para una gran parte de sus habitantes, debido principalmente a su elevada tasa de desempleo (sobre todo juvenil), al miedo a perder el trabajo los que lo poseen, a que casi la totalidad de los trabajadores ha visto disminuir sus ingresos económicos, a la reducción del consumo de bienes y servicios, a tener que aumentar las horas de trabajo, a que los responsables políticos y económicos no están acertando con las salidas propuestas; es decir, un cúmulo de factores que están afectando a la salud y a la enfermedad de la población española.

Las consecuencias más inmediatas de esta situación social y económica son altas dosis de ansiedad, estrés, irritabilidad, falta de sueño…lo que conlleva, entre otras cosas, a un incremento de consumo de medicamentos, un aumento de las consultas psicológicas y psiquiátricas y a una mayor violencia doméstica. A esto habría que añadir que esta situación se da más entre las personas que pertenecen a los estatus socioeconómico más bajos, y más entre las mujeres, los niños y las personas dependientes.

Este desánimo se está arraigando profundamente en gran parte de la sociedad española, tal como lo demuestran los últimos datos ofrecidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que nos dicen que el primer problema de los españoles es el desempleo (81,3%) y el segundo los problemas económicos (50%).